
Los cultivos de transgénicos son nuevas formas de vida que nunca han ocurrido en la naturaleza, creada por una técnica que permite a los científicos insertar genes extraños en posiciones aleatorias dentro del ADN de un cuerpo receptor.
Estas técnicas posibilitan a los científicos saltarse la selección natural y la evolución, al intercambiar genes entre especies que normalmente no se cruzan. Una vez que estas nuevas especies hechas por el ser humano son liberadas al medio ambiente y a la cadena alimenticia, no hay manera de revertir la situación y no se conocen los efectos a largo plazo que estos cultivos producirán sobre los ecosistemas y la salud humana.
Los alimentos transgénicos ya están en nuestra mesa. Son parte de la globalización económica: diseñados por grandes multinacionales ávidas de beneficios, llegan a buena parte del globo para ser consumidos por gente como tú. ¿Conoces sus riesgos?
¡También en el estómago!
Por primera vez se comprobó experimentalmente que el ADN transgénico ingerido en alimentos se puede recombinar en el estómago y el intestino humanos, transfiriendo a las bacterias de la flora intestinal propiedades de las plantas transgénicas, como por ejemplo la resistencia a antibióticos. Esto quiere decir que al ingerir alimentos transgénicos podemos estar adquiriendo inmunidad frente a diferentes antibióticos. Y lamentablemente no lo sabremos hasta el momento de tener una enfermedad y que el antibiótico que nos receten ya no nos haga efecto.
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